La crianza del vino es uno de los procesos que puede formar parte de su elaboración, dependerá entre otras cosas, del estilo de vino que se quiera elaborar. ¿Sabes en qué consiste este proceso y para qué sirve?

En este post veremos algunos de los aspectos más importantes de la crianza más extendida en la elaboración de los vinos.

 

Qué es la crianza del vino y factores a tener en cuenta

La crianza del vino es el proceso de envejecimiento y maduración de éste para conseguir matices especiales en sus sabores, aromas y sensaciones táctiles, de esta forma alcanzará una “personalidad” que lo diferenciará del resto. Durante el periodo de crianza, se producen una serie de cambios en la composición del vino provocados principalmente por reacciones químicas y por alteraciones físicas y/o biológicas.

Esto no quiere decir que todos los vinos mejoren con la crianza. Solamente deben someterse al proceso de crianza los vinos provenientes de uvas que permitan una buena evolución durante un periodo de tiempo determinado, lo que dependerá de la variedad de uva, la calidad de la cosecha del año en cuestión y del tipo de elaboración que haya tenido el vino. Para una adecuada crianza los vinos deben tener una cantidad suficiente de taninos, acidez, cuerpo, grado alcohólico y poca predisposición a la oxidación. En definitiva, los vinos deben ser estables y elaborados y almacenados siempre bajo la temperatura correcta.

Aunque muchas personas creen que la crianza es exclusiva de los vinos tintos, esto no es así, también es posible hacerlo con los vinos blancos procedentes de uvas como la Chardonnay, la Macabeo, la Verdejo o la Viura, que evolucionan muy bien. Como los vinos blancos no tienen taninos, resultan perjudicados por el proceso oxidativo de la crianza, por eso es preferible que fermenten en barrica a que sean criados en ella tras la fermentación.

Otros factores que hay que tener en cuenta son los ciclos de vida y envejecimiento del vino, cada uno tiene los suyos propios. Estos ciclos empiezan en la viticultura y dependen del suelo, condiciones climáticas, proceso de elaboración y condiciones de almacenamiento o guarda. Por eso cada vino tiene un tiempo idóneo y muy concreto de crianza para obtener buenos resultados, un vino no tiene por qué ser mejor cuanto mayor sea su tiempo de crianza.

También es fundamental saber que dependiendo de las condiciones en las que ocurra la crianza, el vino final será diferente. Estas condiciones vienen marcadas por dos factores fundamentales: el tipo de recipiente en el que se realiza y la situación en la que se encuentre el vino.

Sabiendo todo esto y teniendo en mente el estilo de vino que se desea elaborar, desde el principio hay que ir marcando pautas y tomando decisiones para que el producto obtenido al final de todo el proceso sea exactamente el que se esperaba.

 

Fases en la crianza de los vinos

La crianza más extendida en la elaboración de los vinos es una crianza mixta ya que se lleva a cabo combinando dos fases con procesos opuestos. En primer lugar, el vino es sometido a una fase oxidativa seguida de una fase reductora.

 

Fase de madera u oxidativa

En esta fase el vino se suele almacenar en barricas o depósitos de madera y el oxígeno penetra a través de los poros Trasiegode la madera provocando la oxidación del vino. Durante todo este periodo las barricas deben estar completamente llenas para que la oxidación sea lenta y la crianza tenga lugar de una forma equilibrada. Pero, como el volumen del vino está en continuo descenso, ya que parte es absorbido por la propia madera y además existe evaporación de agua y alcohol, hay que rellenarlas constantemente. Además del relleno de las barricas hay que llevar a cabo otra labor importante, el trasiego, que consiste en trasvasar el vino de unas barricas a otras (3-4 veces al año) para ir eliminando los depósitos que se forman en el fondo del recipiente como consecuencia de la sedimentación natural de las partículas del vino.

Al final de esta fase se obtendrán vinos intensos y con una buena estructura tánica.

 

Fase de botella o reductora

Para que tenga lugar esta segunda fase, el vino debe ser embotellado en cristal, y es dentro de la botella donde ocurre el Crianza en botellaproceso opuesto al de la fase anterior. Al no haber presencia de oxígeno, el vino se reduce y tienen lugar reacciones únicamente entre sus propios componentes. Es la ausencia total de oxígeno lo que hace que ciertos sabores y aromas adquiridos en la fase de madera se potencien en este periodo, «afinándose». Para que la ausencia de oxígeno sea total, las botellas han de reposar en posición horizontal, porque así se consigue que el líquido contacte con el corcho y lo hinche, evitando que entre aire desde fuera.

Los vinos resultantes se caracterizan por una mayor suavidad y unos taninos más pulidos y elegantes (menos agresivos). Es en esta última fase en la que el vino alcanzará su óptima maduración.

Si quieres conocer más acerca de la crianza del vino, te recomiendo que estés atento a los próximos posts en los que iremos viendo no solo algunos aspectos de ésta en mayor profundidad, sino también otros tipos de crianza que aquí no se he mencionado.

 

 

 

 

 

 

 

 

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