Esta Navidad, como todas las anteriores, estará repleta de cenas y comidas con familiares y amigos. Escoger el vino adecuado para cada reunión no es tarea fácil, tanto si somos los anfitriones como si somos invitados. Una sola comida/cena suele estar compuesta por multitud de platos de todos los grupos de alimentos (carne, pescado, marisco, embutidos, dulces,..). Por si esto fuera poco, a veces, nos reunimos en grupos más o menos numerosos lo que implica que seguramente habrá perfiles diferentes en cuanto al tipo de vino preferido. Y para complicarlo todo un poco más, es posible que seamos invitados y no conozcamos el menú que vamos a tomar. Todo esto hace que escoger el vino, uno de los productos estrella de Navidad, sea complicado.
Por eso quiero ayudarte a escoger el vino para las fiestas navideñas, así podrás acertar sí o sí y tanto tus invitados como anfitriones quedarán encantados en estas fechas tan especiales.
Antes de pasar a mis recomendaciones, ten en cuenta que, aunque en toda comida importante el vino tiene protagonismo, debemos ocuparnos de seleccionar el más indicado, pero no obsesionarnos por si seremos capaces de elegir el mejor, seguro que siguiendo unos cuantos consejos serás capaz de elegir los más adecuados para cada ocasión.
A continuación, te damos unas pautas con las que seguro acertarás con el vino esta Navidad.
1. Atrévete con cosas nuevas
No es necesario ser un experto para poder disfrutar del vino, es suficiente con saber lo que nos gusta y lo que no, como con cualquier otro elemento que forme parte de nuestros menús navideños.
Hay que atreverse a probar vinos de zonas diferentes, es una buena opción “homenajear” a nuestros anfitriones o invitados con vinos de su zona de procedencia o sorprenderles con Denominaciones de Origen menos habituales y clásicas.
También hay que dejar atrás las reglas de siempre: “los blancos para pescado y los tintos para carne”, el maridaje es subjetivo y dependerá de nuestro gusto particular.
2. En las comidas especiales, mejor varios vinos
Como he dicho al principio es habitual que el menú de una comida de Navidad esté compuesto por varios platos, por lo que es aconsejable elegir un vino para cada uno de ellos. No debemos olvidar los espumosos y los vinos rosados, muy adecuados para los aperitivos que suelen ser muy variados. Tampoco hay que olvidarse de los vinos dulces, que son la mejor opción para acompañar los postres.
Aunque el maridaje es bastante subjetivo es conveniente que elijamos los vinos de acorde a los platos que componen el menú para que vino y comida se complementen sin que ninguno de los dos sobresalga por encima del otro. Como tomaremos varios vinos en la misma comida, éstos deben tomarse por orden de complejidad y estructura, al igual que la comida, los platos más ligeros son los aperitivos y el plato principal lo tomaremos antes del postre.
También es importante calcular la cantidad. De una botella de 750 ml se sirven 5-6 copas de vino, conociendo a nuestros comensales, podemos calcular la cantidad de botellas que debemos tener disponibles. Si sois muchos, es mejor comprar el formato magnum (1500 ml), ya que, en este tamaño de botella, el vino evoluciona mejor y será más expresivo.
4. Mantén el vino a la temperatura correcta y oxigénalo si es necesario
En un artículo anterior de nuestro blog, tienes una guía de temperaturas para servir el vino a la temperatura correcta que te puede servir de guía, aunque como lo habitual es que no dispongas de termómetro para medir la temperatura del vino y además tampoco aquí también influye mucho el gusto, te doy unas herramientas prácticas. Los vinos blancos y rosados jóvenes, dulces, generosos y espumosos, recién sacados de la nevera suelen estar a su temperatura óptima de servicio. Para los blancos y rosados con crianza es mejor sacarlos de la nevera unos diez minutos antes de servirlos, aunque si están demasiado fríos, siempre nos queda la opción de calentar el vino con las manos una vez servido en la copa. Con los tintos es un poco más difícil de calcular, lo de la temperatura ambiente no vale si tenemos la calefacción a 22ºC o tenemos el vino en la terraza a 0ºC, nos puede bastar con tenerlo en casa, pero dentro de una funda enfriadora así no alcanzará la temperatura ambiente.
Para oxigenar el vino, es mucho más práctico disponer de un aireador que se acopla a la boca de la botella, así nos evitamos tener que abrirlo antes o tener que utilizar el decantador.
5. Utiliza copas adecuadas
En otro capítulo del blog puedes consultar el tipo de copas más adecuado para cada vino.
Utiliza siempre copas de cristal transparente, así podrás apreciar el aspecto del vino que te puede proporcionar cierta información.
6. Déjate asesorar y compra en tiendas especializadas
En las tiendas especializadas nos encanta asesorar a nuestros clientes para que la tarea de acertar con el vino no se convierta en misión imposible. Siempre intentamos hacer la elección en función de vuestros gustos, menús, presupuesto,…y luego nos encanta que nos contéis el resultado.
7. Mi selección
Para los aperitivos no se me ocurre mejor idea que abrir un espumoso, no solo es una buena forma de recibir a nuestros invitados, sino también de acompañar platos muy diversos. Las burbujas nos ayudarán a limpiar la boca y a prepararla para los platos que vienen a continuación.
Si no eres de espumosos, otra buena opción es elegir una Manzanilla.
Para el marisco, si es cocido, lo mejor es un blanco joven gallego y si es a la plancha mejor un blanco con crianza sobre lías, uno elaborado con Garnacha Blanca de Terra Alta seguro que queda perfecto.
Para un pescado al horno podemos tomar un vino blanco de Extremadura con fermentación en barrica y crianza sobre lías y también iría muy bien un vino canario elaborado con alguna variedad autóctona, como la Listán Blanco.
Si vamos a tomar un ave rellena (poularda, pavo,…), lo mejor es un vino blanco con fermentación y crianza en barrica, hay multitud de opciones…Chardonnay, Tempranillo Blanco, Viura,..
Seguramente en alguna de nuestras comidas estará presente la carne roja o algún asado de cordero, cabrito,…Aquí me decanto por un vino tinto con cuerpo como por ejemplo un vino de Madrid con larga crianza. Otra buena opción si tenemos asado, es acompañarlo con un espumoso Brut Nature Gran Reserva, nos limpiará toda la grasa del asado y hará que la digestión sea menos pesada. Y si quieres arriesgar un poquito más, la carne y un Oloroso, hacen un maridaje muy original.
Los postres siempre van mejor con un vino dulce, como un vino de hielo o de vendimia tardía. Son vinos dulces, pero no empalagosos que mantienen cierta acidez lo que les aporta frescura y así el postre será un poquito más ligero.
Si vas de invitado a alguna comida, creo que lo mejor para acertar es llevar un espumoso. Es fácil que no conozcas el menú y este tipo de vinos son muy versátiles, seguro que va bien con alguno de los platos de la comida. Si elegimos bien un vino espumoso, nos puede acompañar una comida de principio a fin, lo que nos simplificará bastante la tarea de poner y recoger la mesa.
También acertarás con un vino de la zona de tus anfitriones, si el vino no encaja con la comida, siempre les hará ilusión que hayas pensado en ellos para elegirlo.
Una última cosa es recordarte que, aunque a veces lo parezca, el vino no calma la sed, por lo que es conveniente poner una copa para agua a cada comensal y así podrá ir alternando el vino con el agua.
Para cualquier duda sobre los vinos de Navidad, puedes pasar por Vinotropía, estaré encantada de ayudarte en la elección, también puedes visitar nuestra selección de vinos en la web, ¡y pregúntanos todas tus dudas!