Sin duda el vino rosado está de moda, su consumo ha experimentado un crecimiento bastante significativo en los últimos años y se ha convertido en una opción cada vez más popular entre los amantes del vino, y aunque tradicionalmente su consumo se asociaba más con el verano y como vino de aperitivo, debido a su frescura, en la actualidad se disfruta durante cualquier época del año, porque además de sencillos de beber, los vinos rosados son muy versátiles y pueden acompañar tanto platos principales, como aperitivos e incluso postres.

En este post veremos qué es el vino rosado, su origen y los diferentes métodos de elaboración.

Qué es el vino rosado

En cierto modo, el vino rosado es un tipo de vino “intermedio” entre el vino tinto y el vino blanco. Su color puede variar desde un rosa pálido hasta un rosa intenso, dependiendo del método de elaboración y de las variedades de uva utilizadas. Además, existe una amplia gama de estilos: los hay con cuerpo, ligeros, afrutados, elegantes, sabrosos…pero siempre refrescantes.

Origen del vino rosado

Algunos creen que su origen se debió a la casualidad o que los romanos ya lo elaboraban presionando las uvas justo después de cosecharlas para darle ese característico color rosa o salmón. Lo cierto es que procede de la región francesa de Provenza, cuyos suelos, clima y variedades de uva lo convierten en el lugar ideal para su producción. A pesar de que los avances tecnológicos hayan hecho que hoy en día se elaboren rosados en cualquier lugar del mundo, Francia no solo es el país donde este tipo de vino goza de mayor reconocimiento, sino que también es el principal productor mundial, siendo precisamente los más famosos los rosados elaborados en La Provenza, donde se elaboran vinos rosados pálidos y elegantes.

En España los más conocidos son los de las regiones de Cigales y de Navarra, donde se producen vinos rosados más estructurados y de color más intenso, y muchos países productores de vino, como Estados Unidos, Italia, Chile y Sudáfrica, también elaboran vinos rosados de alta calidad.

Elaboración del vino rosado

El vino rosado se produce a partir de uvas tintas, pero a diferencia del vino tinto, el mosto se deja en contacto con las pieles durante un período de tiempo más corto, lo que permite que el mosto adquiera un ligero color y algunos compuestos aromáticos de las pieles de las uvas, pero no tanto como para obtener el color y los taninos más pronunciados que se encuentran en los vinos tintos.

Uno de los mitos más extendidos es que elaborar un buen rosado es más fácil que elaborar un buen tinto, pero esto no es correcto, ya que la vinificación de un vino rosado es, probablemente, una de las más complejas y que más trabajo da a los departamentos de enología de las bodegas. Para la producción de un buen vino rosado de calidad es imprescindible hacer una elección correcta de las variedades de uva y del método de elaboración, ya que hay que sacar de la uva un mínimo de color y un máximo de aromas, en un margen de tiempo limitado. También suele ser más complicado su proceso de conservación, porque normalmente son vinos más frágiles que los blancos y los tintos.

Existen varios métodos de elaboración de vino rosado, cada uno con sus propias características y resultados. A continuación, te describiré los métodos más utilizados:

Maceración corta

Es el método de elaboración más tradicional en la producción de vino rosado. Implica dejar las uvas en contacto con las pieles durante un corto período de tiempo, generalmente entre 2 y 24 horas. Durante este tiempo, los pigmentos de las pieles tiñen el mosto, aportando el color característico del vino rosado. Después de la maceración, se prensan las uvas y el mosto se fermenta por separado, como en la elaboración de vino blanco. Este método permite obtener vinos rosados con una amplia gama de tonalidades y perfiles aromáticos, dependiendo del tiempo de maceración y de las variedades de uvas utilizadas.

Sangrado

También conocido como “saignée” en francés, este método implica extraer (sangrar) parte del mosto de uvas tintas en las primeras etapas de la fermentación de vinos tintos. El mosto sangrado se fermenta aparte para obtener el vino rosado, mientras que el resto continúa macerando para elaborar un vino tinto más concentrado, ya que, al reducir la cantidad de mosto en el tanque, se aumenta la proporción de piel en relación con el mosto, lo que resulta en una mayor extracción de color y sabor en el vino tinto resultante.

Prensado directo

En este método, las uvas tintas se prensan suavemente para extraer el mosto antes de la maceración. El tiempo de contacto con los hollejos es mínimo, lo que produce un color rosado pálido. El mosto resultante se fermenta de manera similar a la elaboración de vino blanco.

Mezcla

Es el resultado de producir vino rosado a partir de la mezcla de vino blanco con vino tinto, creando el color rosáceo. Este proceso de elaboración está prohibido en Europa a excepción del Champagne rosado (aunque algunos productores franceses prefieren el método de sangrado antes que utilizar esta técnica).

En algunos países del Nuevo Mundo también se elaboran vinos rosados mediante este método. Suelen ser los rosados más afrutados y baratos que puedas encontrar. Son vinos de escasa calidad.

En resumen, el vino rosado es una opción atractiva para aquellos que buscan un vino ligero, refrescante y versátil, con una amplia gama de perfiles de sabor para satisfacer diferentes preferencias y ocasiones. A esta amplia gama de rosados contribuye el método de elaboración utilizado, que puede variar según la región, la tradición y las preferencias del enólogo, dando lugar a vinos rosados con perfiles de sabor y color únicos.

Si aún no te has acercado al mundo del vino rosado, te invito a que lo hagas y descubras su versatilidad.

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