Seguramente habrás oído en alguna ocasión que ha comenzado el lloro de la vid, pero ¿sabes en qué consiste exactamente este “lloro”? ¿puede llorar una planta? ¿por qué lo hace?
Como muchas plantas, la vid está sujeta a un ciclo vegetativo que se repite año tras año. Tras el letargo invernal debido a las bajas temperaturas y las escasas horas de luz, llega la primavera y con ella el despertar de la naturaleza. Una estación que nos recuerda que la vida continúa y que ningún invierno es eterno. El lloro de la vid es uno de los fenómenos que nos avisan que la primavera ha llegado.
Por qué se produce el lloro de la vid
Con la primavera se produce un aumento de la temperatura del suelo, lo que provoca que la savia comience a circular por el interior de toda la planta y al llegar a los cortes producidos durante la poda, gotea en forma de lágrima. La savia es el líquido encargado de distribuir los nutrientes y hormonas por toda la planta provocando el despertar biológico de la misma y originando la brotación de las yemas de las que surgirán las nuevas partes verdes de la vid.
Pasados unos diez días desde el inicio del lloro, las heridas provocadas por la poda cicatrizan, el lloro termina y comienza un nuevo ciclo.
Como ves, el lloro de la vid no es síntoma de algo triste, sino todo lo contrario, marca el inicio de una nueva cosecha, una señal, como otras muchas, de que la vida sigue.